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Pruebas de barrica de las añadas 2020 y 2019

12 marzo 2022

Como os he contado ya en un artículo menos reciente de este blog, tenemos la costumbre de probar periódicamente una muestra de vino de cada barrica para controlar la integridad del recipiente y detectar a tiempo cualquier problema que pueda surgir durante su período de crianza en madera.

Por supuesto, esta práctica se convierte en una ocasión para hacernos una idea sobre los vinos que no han sido embotellados todavía, pero que han superado ya uno o dos años de crianza en la bodega.

Me gustaría compartir con vosotros mi impresión sobre los vinos de las añadas 2019 y 2020 que embotellaremos próximamente.

Añada 2019

Muchos de vosotros os habéis hecho ya una idea de la grandeza de esta añada con el Chianti Classico básico (o Chianti Classico Annata) que sacamos el año pasado.

No os contaré de nuevo la evolución estacional de 2019 (os hablé de ella aquí): lo que sí puedo decir es que tanto el Riserva como el Gran Selezione son dos vinos excepcionales, comparables a los de otras añadas de 5 estrellas.

El Riserva 2019 es la primera versión de este vino y ha atravesado un año de crianza en madera y otro año en cerámica. El nuevo material para la crianza del segundo año ha dado los resultados esperados, manteniendo una buena frescura del fruto y un trago dinámico. El Chianti Classico Riserva 2019 se embotellará en junio de 2022 y estará a la venta a partir de septiembre.

Es difícil encontrar las palabras para describir el Gran Selezione 2019: se trata de un vino de estructura poderosa y trago amplio, fresco al deglutirlo, con un larguísimo fin de boca. Estamos realmente satisfechos de la decisión que tomamos el año anterior, en 2018, cuando definimos su «receta» final (os he explicado su historia aquí).
Para este vino habrá que esperar un poco más: aunque se embotellará también en junio de 2022, no saldrá hasta marzo de 2024 para dejarlo envejecer durante el tiempo oportuno en la botella.

Mientras escribo estas notas el Monteficalle IGT 2019 se encuentra ya listo para el embotellado, así que os cedo la palabra con la invitación a probarlo dentro de un par de semanas.

Añada 2020

Al hablar de 2020 nos viene en mente inmediatamente el inicio de la pandemia, un año difícil para el género humano pero bastante generoso para la viticultura a pesar de todo.

Aunque estuvimos a punto de sufrir alguna helada primaveral, la añada 2020 se caracterizó por un magnífico verano, caluroso y soleado, sin estrés hídrico gracias a las lluvias providenciales de los meses de junio y de septiembre. La vendimia de la sangiovese empezó el 21 de septiembre, anticipando un poco el mal tiempo que llegaría más tarde a finales de mes.

Entre los tres tipos de Chianti Classico, el básico es sin duda el que más satisfacción me ha dado por el momento: degustando las primeras pruebas he tenido que controlar dos veces las etiquetas porque me parecía estar probando el Riserva en lugar de un vino de tipo Annata.

El Gran Selezione es todavía joven, tendrá que seguir madurando en la barrica un año más, pero la materia prima se nota y es de primera categoría. Entre otras cosas, fue precisamente en la añada 2020 cuando empezamos a producir una pequeña cantidad extra de este tipo de vino: tres barricas el lugar de dos. De manera que el verano que viene embotellaremos unas 900 botellas en lugar de 600.

Queriendo buscar tres pies al gato, entre los tres tipos de Chianti Classico el Riserva es el que ha padecido un poco la excesiva generosidad de la añada. Después de la vendimia la fermentación se prolongó algo más de lo previsto, con levaduras que no lograban desarrollar los últimos gramos de azúcar, y esto ha comportado un ligero desvanecimiento de su riqueza aromática, sobre todo en la sensación retrolfativa. Pero no tenemos que olvidar que el vino que hemos probado hoy debe aclimatarse todavía: la mitad de este Reserva 2020 aproximadamente pasará ahora un año en los recipientes de cerámica, mientras que el resto continuará en madera hasta que llegue el momento de embotellarlo en junio de 2023.

El Monteficalle IGT 2020 también presenta rasgos de opulencia en esta añada. Mucha fruta en la nariz, tanto de bosque como de baya oscura. Un vino que por ahora tal vez sea una pizca más introvertido, pero que sin duda mejorará con otro año de crianza en madera.

La evolución de las últimas añadas

Como os he contado ya, las de 2018 y 2019 fueron dos añadas consecutivas excelentes, ¿será posible añadir una tercera con la de 2020?

Probando el Chianti Classico básico se diría que sí: esperamos que los otros tipos confirmen también su prestigio después de otro año de crianza en la bodega.

¡Hasta pronto!